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Esta chica quiere demostrar a todo el mundo que no es la apariencia física lo que nos define, sino lo que somos por dentro: nuestros sentimientos, nuestras experiencias, nuestros logros, sueños y pensamientos… y sobre todo nuestra actitud ante la vida. Una mala experiencia que vivió a lo largo de los años, la convirtió en una mujer fuerte y luchadora. Hoy, mediante sus discursos motivadores, enseña a los demás la fuerza de los pensamientos positivos y les dice cómo superar obstáculos y sentirse agradecido con la vida.
Elizabeth “Lizzie” Ann Velásquez nació en Téxas en 1989 con un síndrome muy extraño que sólo 3 personas (incluyéndola a ella) en todo el mundo lo tienen. La chica es de baja estatura y no puede ganar peso, por lo tanto se ve extremadamente flaca. Además por culpa de tener el rostro distorsionado fue acosada y atacada con los comentarios muy dolorosos de parte de muchas personas que la nombraron “la mujer más fea del mundo”.
Era una niña prematura con una particular condición genética. Cuando vino a este mundo, pesó un sólo kilo y su piel era casi transparente. En ese momento los médicos no pudieron determinar la enfermedad que padecía la bebé, pero no les dieron a sus padres muchas esperanzas sobre su futuro. Dijeron que no sabían cuánto viviría y que si lograra sobrevivir unos cuantos años, de todos modos no sería capaz de llevar una vida normal.
Los padres de la niña no lamentaron ni preguntaron por qué este tremendo síndrome tocó a su primogénita, al contrario, sin quejarse la llevaron a casa para amarla y cuidarla, como si fuera una bebé normal. Años después Lizzie perdió la vista de uno de sus ojos y quedó con visión parcial en el otro, pero los padres estaban agradecidos con Dios porque mentalmente su hija se desarrollaba más o menos igual que todos los niños
A pesar de su aspecto raro iba a una guardería infantil y se llevaba muy bien con sus coetáneos. Aunque algunos de ellos retrocedían por miedo al verla, Lizzie dice que no se sentía aislada ni se daba cuenta de su apariencia. Un par de años después, Lizzie empezó a acudir a la escuela y fue entonces cuando comenzó una pesadilla porque los niños le daban a entender que era muy distinta al resto, diciéndole cosas feas y desagradables. Sus padres insistían en que fuera a la escuela a pesar de todo y que siguiera con la cabeza alta porque lo único que la hacía ser diferente era su aspecto físico. Lizzie fue acosada e insultada y lo peor es que con el tiempo esto llegó a los extremos...
La chica tenía 17 años cuando vio en YouTube un vídeo titulado “La mujer más fea del mundo” que le llamó la atención. El material duraba apenas 8 segundos y tenía 4 millones de visualizaciones. En ese momento sintió una inexplicable inquietud, pero la curiosidad le ganó, hizo clic y se quedó muda… ¡La mujer de la que hablaban en dicho vídeo era ella! Alguien la grabó y publicó esto en la red...
Velásquez cuenta que después de encontrar este vídeo se sentía destrozada. “Cuando empecé a leer los comentarios, me hundí del todo”.“¿Por qué la tendrían sus padres?”, decía uno de los textos. “Que la quemen, da asco”, otro. Algunos insinuaban que lo mejor sería que este monstruo se suicidara y otros aseguraban que se quedarían ciegos si vieran a esta mujer. En fin, la lista era muy larga, pero la chica leyó todos los mensajes. ¿Pueden imaginarse cómo se sentía? “Esto me causó tanto impacto que no fui capaz de decírselo a nadie. Estuve destrozada (...) Lloré noches enteras. Era apenas una adolescente y pensé que mi vida había acabado” . Y eso que la chica estaba acostumbrada al acoso diario por su apariencia.
Cualquiera se hubiera deprimido, pero ella convirtió su “fracaso” en un gran éxito. Con las lágrimas en los ojos, pero determinada más que nunca, decidió que no quería ser objeto de las burlas. “Tú mismo eres quien decide si quieres ser víctima o matón”, dice hoy al recordar aquellos tiempos. Ella eligió “vengarse” de sus verdugos de otra manera.
Después de aquella experiencia fatal con el vídeo que fue publicado en Internet, Lizzie se hizo todavía más valiente y se sintió obligada a seguir adelante a pesar de todo. Dicidió que podía hacer algo más con su vida. “Nadie me va a impedir realizar mis metas”, pensó, y después de la secundaria, se inscribió en la universidad. También abrió su propio canal de YouTube para hacer saber a la gente quién era realmente la persona de la que hablaba el video de “La mujer más fea del mundo” y para animar a otros a sentirse cómodos en su propia piel y tener confianza en ellos mismos.
La iniciativa fue todo un éxito. Lizzie Velásquez, sin esperar llamar tanta atención de los internautas, ganó más de 260.000 suscriptores en su canal. Los vídeos que comparte emocionan y motivan a miles de personas. Uno de ellos, el de su participación en 2013 en la serie de conferencias de TED con una charla titulada “¿Cómo te defines a ti mismo?”, acumula más de 7.000 000 de visualizaciones. Además, Lizzie realizó su otro sueño, empezó a escribir libros. Su primera obra fue su autobiografía titulada “Lizzie Hermosa: La historia de Lizzie Velásquez” y fue publicada en 2010.
Hace poco que se asoció con Tina Meier, cuya hija Megan se suicidó después de haber sido acosada en Internet, y las dos decidieron hacer campaña contra el acoso escolar. En septiembre de 2012 publicó su segundo libro “Be Beautiful, Be You” en el que intenta convencer a la gente de que la apariencia no importa y que debería amarse a sí misma por lo que es y respetar a los demás por la misma razón.
Ahora Lizzie Velásquéz tiene 27 años, mide un metro y medio y pesa 28 kilos. Ha escrito 3 libros, tiene su propio canal en YouTube, sus fieles seguidores y se dedica de lo que más le gusta hacer. Se siente feliz por haber logrado tanto en este mundo donde la apariencia física es tan importante. ¡Es un gran ejemplo a seguir para muchos! Ojalá todos fuéramos tan optimistas como ella. No es nada fácil superar algunos obstáculos que aparecen en nuestro camino, sin embargo si tienes la confianza de que todo salga bien y luchas por realizar tus sueños, no hay quien te pare. La historia de Lizzie es el mejor ejemplo.
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